LA IMAGEN QUE CREA UN POLÍTICO: CREDIBILIDAD Y CONFIANZA

Por Manuel Brito.
Jueves 10 de octubre del 2024
Cuando Richard Nixon comenzó su carrera política en EEUU hubo una imagen que lo ayudó hasta llegar a la sima, a mediados de los años 40, de manera simultánea se identificaban las tensiones entre la Unión Soviética y Occidente en lo que se denominó más tarde, en ese momento, como la «Guerra Fria».
En la página 83 del libro El Secreto de los Líderes, señala que para ese momento el comunismo era visto por el pueblo norteamericano como una amenaza cada vez más cercana, lo que contribuyó a crear una a epidemia de terror qué alcanzó a todos los sectores de la sociedad.
El discurso político más atractivo era, sin duda, destacarse como anticomunista y, por supuesto, algunas figuras aprovecharon ésta circunstancia al máximo para posesionarse en la mente de las personas con una imagen de guerra abierta ante la influencia soviética.
En el año 1952 el candidato presidencial republicano, Dwight Eisenhower, necesitaba un compañero de boleta que estuviese marcado como anticomunista y que fuera más joven que él, para de esa forma armar una fórmula que sacara el apetito electoral de ese momento, y Nixon lo había logrado, por lo que los allegados del candidato presidencial no bacilaron ver en Nixon esas cualidades y tuvieron razón ya que esa convinacion, electoralmente, fue exitosa.
Nixon se había propuesto, durante toda su carrera, venderse con el sello de anticomunista y en su gestión como vicepresidente consolidó más ésta imagen
Todos los análisis estaban de acuerdo en que solo un político vinculado por tradición al anticomunismo le era posible contar con la confianza del pueblo americano para reanudar las relaciones con un enemigo de izquierda, a principios del 1972 cuando reanudó las relaciones diplomáticas con la China Continental.
Para Nixon fue todo un éxito político porque debido a ese logro ganó la reelección en ese año, su imagen de toda la vida anticomunista le ayudó en el momento que la necesitó. Si Nixon no hubiese tenido ésta reputación para los ciudadanos americanos, lograda en base a todas sus acciones a lo largo de su carrera, le hubiese sido imposible adquirirla de un momento a otro.
Parecido es siempre el escenario con la caja de herramientas que trae variedad de instrumentos para suplir necesidades distintas, o similar a una colección de vajillas qué trae diferentes clases de cubiertos para cada comida y ocasión. A la hora de apretar una tuerca nos viene a la mente la llave precisa y al momento de servir una sopa necesitamos un cucharón. Para cada necesidad existe un instrumento necesario.
Por igual el político debe, desde el comienzo, identificar cuál es la cualidad por la que desea ser reconocido y luego explicarla por medio de todas sus acciones porque ésta imagen debe ser permanente constante e invariable sin que se vean afectada por ninguna negación al respecto, como ocurre con referencia con políticos que no tienen ninguna credibilidad ni gozan de ningún nivel, o muy poco, de confianza porque siempre su historia política presente y pasada les viene acompañando acciones para no fiar en él, como la sombra acompaña al cuerpo porque esa es su propia naturaleza por más que se sacuda o se vire será el mismo o peor. Porque solo con una coherencia moral, ética seria y de lealtad, y compromiso social al propósito hacia su credibilidad, más en estos tiempos juega un papel vital para que un proyecto catalice, acia el apetito electoral para el éxito en un momento determinado. Porque todas las miradas estarián puestas en él.
La imagen positiva o negativa que crea un político, así como Nixon, a modo de ejemplo, la tenía de anticomunista, que no somos de esa idea, es como el antídoto que sirve de medicamento, ante la enfermedad que se presentó en esa ocasión, que lo catapultó .
Aquel que negocia la imagen por la cual es reconocido, pierde la fuerza, y aquellos que nunca se han idenficado con nada positivo especifico, que no sea sólo lo suyo personal, pierden la esperanza de que un día su figura sea la que atraiga la atención mayoritaria en un escenario político determinado, por éso se explica la racha negativa en figuras públicas o en organizaciones de perder espacio hasta desaparecer del escenario sin ganar una.
Puede, entonces, que se presente la ocasión, ya tarde, en la que necesite vender lo que el apetito electoral aspira comprar en ese momento, pero encontrarás que la gente ya había adquirido lo que él había vendido o negado antes sin darse cuenta si es rechazado o es aceptado porque al final muy difícil sean engañadas las personas.
Por todo ésto, la actividad política en la República Dominicana en el sistema de partidos requiere, urgente y sin postergar, de políticos creíbles y confiables para estar al frente no solo de los destinos de una nación desde Estado, sino también dentro de las propias organizaciones políticas porque la «epidemia» que existe de compra y venta, como en un Mercado Persa está en su clímax, que no podemos ser indiferentes o víctimas los que vemos la política diferente de estos acontecimientos, por lo que debemos blindarnos y aplicar el antídoto sin contemplación porque ya está tan fuerte el tema que ningún líder pasa desapersivido el momento sin advertir y alertar a sus seguidores de estos comportamientos dañinos, que para la Fuerza del Pueblo al decir, insistentemente, de su presidente y líder Leonel Fernández es un tema de alta prioridad en el Congreso Franklin Almeyda reflexionar para no facilitar o repetir hechos de experiencias amargas ya vividas.
¡¡¡¡ Hasta un próximo trabajo si Dios lo facilita !!!